29 de maig 2010

EL ZAPATAZO


España se ha convertido en el problema más inquietante de la Unión Europea un déficit del 11,2 por ciento del PIB y a una tasa de paro superior al 20 por ciento. Más aún, ha provocado en muy poco tiempo la mayor pérdida de reputación de un país nunca vista.

Hasta el pasado fin de semana, el presidente Zapatero seguía creyendo que el cáncer puede combatirse con aspirinas. Había presentado un tímido programa de ajuste del gasto, defendía que la economía se recuperaría con claridad el año próximo.

Y bien, ¿qué es lo que ocurrió el pasado fin de semana? Pues que la Unión Europea, manejada con mano de hierro por Alemania y Francia, decidió conjurarse contra los ataques de los mercados con un fondo que inyectará masivamente dinero en las arcas públicas de los estados en situación precaria a cambio de que éstos acepten ser monitorizados políticamente, es decir, que pierdan su soberanía sobre la política económica y redoblen sus esfuerzos de saneamiento bajo la amenaza de no poder contar con la eventual ayuda, caso necesario, e incluso de la expulsión controlada de la unión monetaria.